Por el lugar de las mujeres


En nuestro encuentro con Jesusa Rodríguez, ella nos compartió su manera de explicarse el porqué de los movimientos feministas, que han estado ocurriendo hace algunos años. La lucha para terminar con el patriarcado que reduce a las mujeres como seres inferiores (Paz, 30) se ha generalizado en muchos países. Sin embargo, para Jesusa no es suficiente la explicación Occidental sobre la influencia del movimiento #metoo iniciado en Estados Unidos. ¿Como ella resuelve esta inquietud? Desde la experiencia de una manera diferente de entender el mundo, desde una cosmovisión otra que ella incorpora en su propia apertura y ejercicio de descolonizarse como persona occidental.

La respuesta la encuentra en la cosmovisión indígena mexicana y sus acontecimientos cósmicos. Su relato nos cuenta de la correlación calendárica que Geraldine Patrick (arqueo-astrónoma chilena radicada en México) elaboró y en la que descubrió que el comienzo de una nueva era se inició el 13 de mayo de 2013. ¿Pero qué relación puede tener una fecha con la fuerza de los movimientos feministas? El evento que marca aquella fecha indica que Venus (astro que determina el inicio y el fin de un tiempo) emergió como estrella de la tarde por el cielo del poniente o Cihuatlampa. Jesusa nos relata: “La Cihuatlampa es el lugar de las mujeres. Venus renace por el lugar de las mujeres. El universo se tiñe de lo femenino. (…) el universo pasó de masculino a femenino porque Venus volvió a nacer por el poniente, por el lugar de las mujeres. (…) Si lo pienso así lo que pasa arriba, pasa abajo, el cosmos se está manifestando.”

Esta manifestación demanda terminar con la posición subalterna de las mujeres que se replica en tantas culturas y que como plantea Gloria Anzaldúa es necesario negar y subvertir creando una alternativa, elaborando una cultura otra si es necesario, una cultura del borde, mestiza. Esa identidad mestiza que ella ejerce, incapaz de situarse bajo rígidos marcos culturales requiere conocer los cruces de la experiencia de mundo donde ella se sitúa para poder entrar en ese movimiento permanente que implica performar la propia identidad.

 “I will not glorify those aspects of my culture which have injured me, and which have injured me in the name of protecting me.” (22)

Sigo pensando en las posibilidades que este evento cósmico nos brinda para seguir construyendo ese espacio. La posibilidad de terminar con la concepción de que la cultura (independiente de cuál sea) está hecha por los hombres y que las mujeres son las encargadas de transmitirlas.

Anzaldúa, Gloria. Boderlands: La Frontera. San Francisco: Aunt Lute Book Company, 1987. Print.Paz, Octavio. The Labyrinth of Solitude. New York: Grove Press, Inc., 1985. Print.